QUIEN SE QUEDA Y QUIEN SE VA - Ariel Ferrer

Y fue así que ella, la que elige quien se queda y quien se va, salió una vez más a recorrer las calles de esta bendita ciudad para su siniestra labor. Y si creías que usaba ropa negra y portaba una guadaña entre sus esqueléticos dedos estabas muy errado, podía estar a tu lado en cualquier lugar y nunca lo hubieras sospechado porque solo es… alguien más… solo alguien más… Y cumplió primero con los deseos de su empleador, si… el de la cola en punta y el tridente, llevándose el alma de un pobre sujeto que caminaba velozmente a la fábrica donde trabajaba cuando un conductor distraído se lo llevó por delante a toda velocidad… ”JURO QUE FRENE... JURO QUE FRENE Y EL AUTO NO ME RESPONDIO” gritaba el conductor… Con un alma noble en su haber se dispuso a buscar algún “perdido”… quizás para nivelar la gran balanza de la justicia divina que siempre esta desbalanceada… pasó al lado de una anciana que caminaba presurosa… poco botín para arrancar el día, además… el tiempo haría en breve su trabajo y gratis… pensó. Y en un abrir y cerrar de ojos estaba en la azotea de un edificio antiguo, de estos que en vez de ser bloques cuadrados de cemento y vidrio están lleno de figuras ornamentales, los dinteles de la azotea descansaban sobre los hombros de varias gárgolas colocadas para tal efecto, y la muerte no podía sentirse más en casa que ahí… y en esa azotea sentado al borde con ambas piernas colgando, un financista inescrupuloso, un ser despreciable que arruino la vida de un centenar de personas y que, a veces, por algún repentino ataque de remordimiento, subía y se sentaba en esa azotea a pensar… ”ESTE ES MIO!!” dijo la muerte, y solo tuvo que apoyar su dedo índice en la cabeza del hombre para que segundos después un ruido fuerte y seco hiciera que todos giren sus cabezas hacia el cuerpo inerte del financista, sus brazos en formas que jamás podrían estar y sus ojos desorbitados e inyectados en sangre… ”FUE SU CONCIENCIA QUE LO HIZO SALTAR”…. exclamó el conserje del edificio… pero vos y yo sabemos que no fue así… la única persona que no giro su cabeza tras el estruendo fue la viejita de la caminata presurosa…que parecía no tener tiempo para perder en estas “pavadas”. Un par de almas más y la maldita muerte se dijo a sí misma ”UNA MAS Y LISTO… ESTA BIEN PARA UN DIA NORMAL” como si hablara de cosechar alguna fruta… tal era el desprecio que sentía por la vida humana… levantó la vista y vió uno de sus lugares preferidos… un hospital!!! se podría decir que hasta se le formo una mueca de sonrisa en ese rostro inexpresivo, ese rostro acostumbrado a que la vida y la muerte, la sangre y el dolor pasaran frente a sus ojos sin el mínimo pestañeo. Entró al hospital y se dirigió, como si supiera donde ir, al sector de terapia intensiva, más precisamente a la cama 207 donde yacía, en coma, Edelmiro Fernández… se aposto al frente de su lecho y con solo extender su brazo sobre él, captó la información que necesitaba… este pobre tipo, en coma desde hace 13 meses, no tenía hijos, rozaba los 92 años y a pesar de que su cuerpo era fuerte un problema cerebral lo había dejado en estado vegetativo, solo una esposa que evidentemente no estaba ahí y nadie más en el mundo que lo requiriera… la muerte incluso no pude reconocer rápidamente si llevarse esta alma era un trabajo para su empleador o parte de la justicia divina. Medio segundo antes de apoyar su dedo índice en la frente arrugada de Edelmiro, se abre de un golpe la puerta de la habitación, y entra nuestra vieja amiga, la ancianita de la caminata presurosa, doña Antonia Emilce Garrido de Fernández, la puta muerte no pudo más que quedarse observando, como un espectador mira una obra de teatro, tratando de entender porque se cruzaba todo el día con esta bendita mujer… ella, con la misma prisa de la caminata, se sacó la cartera del hombro y la puso sobre la cama, saco algo que guardo entre sus manitos arrugadas como si Edelmiro pudiera espiar… y dijo ”HOLA VIEJO… PERDONA LA DEMORA PERO HAY PARO DE COLECTIVOS Y NO TENEMOS PLATA PARA UN REMIS, ESTOY GASTANDO MUCHO EN LOS REMEDIOS, ME TUVE QUE VENIR CAMINANDO DESDE CASA Y SON MUCHAS CUADRAS… QUE PENSABAS?? QUE NO IBA A VENIR?? ESTAS TAN DISTRAIDO DESDE QUE TE QUEDASTE DORMIDO QUE SEGURO TE OLVIDASTE DE QUE DIA ES HOY… ES PRIMERO DE JULIO VIEJITO!!!! FELIZ ANIVERSARIO MI AMOR, HACE 70 AÑOS QUE ESTAMOS JUNTOS Y TE AMO CADA DIA MAS”… sacó sus manos de la espalda y las abrió para que Edelmiro pudiera… si es que había alguna manera de que eso ocurriera, ver el humilde presente que Antonia le había hecho con sus propias manos… El tiempo se detuvo, la muerte se quedó paralizada, con el dedo a un milímetro de su víctima, lo miraba… inmóvil en esa cama, la miraba a ella… una pequeña mujer, con más arrugas que años o quizás al revés, con su sonrisa en la carita… y en sus ojos el amor… de repente gotas caen al piso de la habitación, no es sangre… es llanto… no llora Antonia ni llora Edelmiro… es un milagro… la muerte está llorando, derrumbado quizás, por el recuerdo de algún amor cuando aún caminaba entre nosotros… pero terminó de acercar su índice a la frente arrugada de Edelmiro y la toco y por el poder concedido a ella por las mismas fuerzas del infierno, los ojos de Edelmiro se abrieron para poder mirar el regalo de su amada… un trozo de papel con forma de corazón donde decía ANTONIA Y EDELMIRO… sin embargo, el regalo más grande que pudiera recibir lo recibió del ultimo ser que se lo podía dar, ella… la que elige quien se queda y quien se va… lo había traído de regreso.




Ariel Ferrer (1969 - 2017)