ENDECHA DEL MAR - Lewis Carroll


Hay ciertas cosas como… una araña, un fantasma,

el impuesto sobre la renta, la gota, un paraguas para tres…

que odio, pero lo que odio más

es algo llamado Mar.

Echa agua salada en el suelo…

Horrible, estoy seguro que te parecerá.

Supongamos que se extiende una milla o algo más;

pues eso es como el Mar.

Golpea a un perro hasta que ladre fuertemente …

Cruel, pero válido en una juerga.

Supongamos que eso hiciera noche y día,

eso como el Mar sería.

Vi en un sueño a unas niñeras;

decenas de ellas pasando a mi lado …

Todas llevaban niños con palas de madera,

y eso ocurría al lado del Mar.

¿Quién inventó las palas de madera?

¿Quién sacó la madera del árbol?

Nadie, creo, más que un idiota

o alguien que amaba el Mar.

Sin duda es delicioso y agradable flotar

con “pensamientos ilimitados y almas libres”.

Pero supongamos que te encuentras mal en el barco,

¿cómo te va a gustar el Mar?

Hay un insecto que la gente elude

(del cual deriva el verbo “evitar”).

¿Dónde te ha molestado más?

En los alojamientos al lado del Mar.

Si te gusta el café con posos de arena

y un indudable gusto salado en el té,

y los huevos con sabor a pescado…,

por todos los medios vete al Mar.

Y si, junto a todos estos exquisitos bocados,

prefieres no ver ni rastro de hierba o de árboles,

y tener tus pies un estado crónico de humedad,

entonces… yo te recomiendo el Mar.

Porque yo tengo amigos que viven en la costa…

¡Buenos amigos míos!

y es cuando yo estoy con ellos cuando más me pregunto

como a alguien le puede gustar el Mar.

Me llevan de paseo y, aunque esté cansado

subimos hasta alturas que yo acepto alocado

y, tras dar volteretas o algo parecido desde el acantilado

amablemente sugieren el Mar.

Pruebo las rocas y creo que es insolente

que ellos se rían con exceso de júbilo,

mientras yo gravemente me resbalo, en todos los charcos

que rodean el frío Mar helado.