LA MÁQUINA DE CAZAR - Carol Emshwiller
Sintió el rápido latir del corazón de Ruthie McAlister, del mismo modo en que sentía los latidos de cualquier otro animal. Las palmas de ...
DUENDES - W. Sherwood Hartman
Cuando Elaine y yo encontramos la Trotting Inn, nos pareció, exactamente, lo que habíamos estado buscando. El edificio resultó ser viejo ...
UN CETRO FINAL, UNA CORONA DURADERA - Ray Bradbury
—¡Allí está! Los dos hombres miraron hacia abajo. El helicóptero también se inclinó a un lado. La costa aparecía más lejos. —No. Es sólo ...
UNA MONA EN LA CASA - Arthur Clarke
Abuelita pensó que mi idea era horrible; claro que ella todavía podía recordar los días en que los sirvientes eran humanos. —Si piensas q...
EL EPITAFIO - Luis María Albamonte
El aire, súbitamente, cambió de color. Era rosado. Y fue suavemente violeta. Hombres, mujeres y niños se detuvieron. Las calles ondul...
EL METAL QUE TE ENCANTA TOCAR - Robert Bloch
—Buenos días, señora —dijo el vendedor ambulante—. ¿Es usted la dueña de casa? La delgada figura en delantal y gorro contra el polvo se a...
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